Qué necesito hacer antes de empezar a escribir

Saludos, lectores, y bienvenidos otra vez a este humilde rincón del viento. Decidí hacer algunas entradas sobre los pasos previos a sentarse a trabajar en una historia, en honor al inminente NaNoWriMo. Siempre me extiendo, así que vayamos directo al punto.

Lo que separa a un escritor que apunta a que sus libros lleguen a best o long seller de uno que escribe nada más por expresión artística (que no tiene nada de malo, ambos son tan válidos como necesarios en el mundo) en general está en los pasos previos a ponerse a trabajar (y en corregir, pero eso lo veremos en el futuro).

Si tu objetivo es expresarte y nada más,  debes dejarte fluir por el papel como un río entintado. Si quieres hacer un trabajo más comprometido, antes de soltarte, haz tres cosas:

 

Inspiración

Empecemos con la más divertida de las tres I, y es la más divertida porque será la excusa infalible para vivir tu vida al máximo.

¿Te ha pasado de que algo te inspire de forma inesperada? A veces es una pequeña luz que se enciende, otras es un chispazo que viene de la nada misma y causa un incendio en tu interior. El cuento Honrado, bendecido, seco y partido llegó a mí cuando miraba por la ventana regresando de un viaje y vi la silueta de un árbol muerto apareciendo entre la niebla en las montañas de Chile. Seres del mal nació de mi frustración por no poder vender un globo en un puesto en el que trabajé por un tiempo y Batalla sangrienta por… No, te dejaré adivinar ese.

Como puedes ver, situaciones extraordinarias y llenas de belleza sirven para despertar tu impulso creativo tanto como cosas mundanas. Entonces, ¿qué hacer? ¡Vivir!

Ponte el objetivo de hacer una cosa que no hayas hecho antes por semana. Cocinar algo nuevo, probar un deporte o arte, seguir un tutorial, hacer origami o kanzashi. ¿Viste la película Yes Man? Allí alientan al protagonista, interpretado por Jim Carrey, a decir que sí a todo. Te recomiendo seguir esa filosofía (evitando cosas insalubres o peligrosas, por supuesto). Aprende a decir “hola” en seis idiomas distintos (aunque no sepas ninguna palabra más), elije un país al azar y busca en google fotos de sus atracciones turísticas (te sorprenderá lo fácil que es enamorarse de una tierra lejana), dile que sí a los Testigos de Jehová que tocan tu puerta y ten una interesante conversación con ellos (aunque no coincidas en nada con su visión).

Nunca sabemos detrás de qué se esconde una próxima gran historia, por lo que no debemos dejar de probar la vida. Y no te preocupes si estás en un mal momento, no es necesario que la experiencia sea alegre para inspirarnos. Bien sabemos que los escritores, históricamente, no somos las personas más felices del mundo.

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Lo importante es prestar atención: presta atención a lo que te rodea; a los olores, colores y sonidos. Deja el celular en tu bolsillo más a menudo, sal algunos días sin música. Los humanos tendemos a acostumbrarnos a hacer algo de una forma específica y en poco tiempo entramos en modo automático sin darnos cuenta. Ya sea por falta de cuestionamiento, por necesidad de acallar oscuras voces internas o puro aburrimiento, tendemos a caer en la pasividad de una vida rutinaria y gris y no salir de ahí hasta que la realidad no nos manda algo (bueno o malo) que nos sacuda con tanta fuerza que separe nuestra carne de nuestros huesos.

No lleguemos a ese punto. Despertemos antes.

Y una vez volvamos a vivir con los ojos abiertos, necesitaremos la segunda I:

 

Imaginación

Volveré a criticar a la actualidad. No tengo nada en contra de estos tiempos en los que vivimos, solo en contra de la FORMA en la que los vivimos. Los niños tienen una clase tras otra, los adultos deben a veces tener hasta dos o tres trabajos para poder mantenerse, el tiempo libre se va entre tablets, tvs y celulares. Soy culpable de esto último.

Siempre que me dicen “¡pero si Einstein, Miguel Ángel y Picasso tenían las mismas horas en el día que nosotros!”, respondo con un “sí, pero no tenían Facebook”. La verdad es que perdemos el tiempo más que nunca y muchas veces es por no saber qué hacer con el aburrimiento.

Tal vez te preguntes a qué me refiero con eso último. Hay un error de concepto allí que hace que muchos crean que cuando uno se aburre, es porque no tiene cosas que hacer. Aunque eso a simple vista es así, muchas veces sí tenemos cosas que hacer y sólo nos falta motivación y energía. Aunque muchas veces esto puede ser síntoma de depresión, la mayoría de las veces es que nos estamos subestimando a nosotros mismos. Si lo que haces te aburre, puede que sea demasiado fácil para ti. Ponte un objetivo y eleva el desafío. No demasiado, que si te pasas, comenzarás a frustrarte y no llegarás a ningún lado. Si escribir ya no es interesante, busca un concurso en el que participar http://www.escritores.org/concursos-argentina . Te dará una fecha límite, una temática y una extensión máxima o mínima.

Así que ten presente que, cuando te aburras, no debes recurrir a juegos repetitivos en tu celular, páginas con chistes, ni a ver trescientos videos en youtube uno tras otro. Eso está bien para hacerlo a veces, pero no es la solución al aburrimiento. Busca algo nuevo y desafíate. Si te faltan ideas sobre qué hacer, hice una lista de veinticinco cosas para hacer en menos de cinco minutos que te pueden dar el puntapié inicial para sacarte de la inactividad. Está en mi Patreon y puedes acceder a ella sin tener que contribuir (aunque se agradece si lo haces, por supuesto).

Dicho esto, vamos a la dichosa I, donde por un momento parecerá que me contradigo a mí misma: siempre digo a mis alumnos que un escritor mirando por la ventana está trabajando. Hoy día todo nos alienta a no permitirnos un momento de quietud. Las publicidades de bebidas, alcohólicas o no, nos hablan de que la vida es una fiesta y no hay que parar; las de medicamentos nos dicen que, duela lo que te duela, te tomes una pastillita y sigas.

Pero luego de vivir todas las experiencias de la primera I, la única forma en la que encontraremos ideas e historias en ellas es si nos damos tiempo a quedarnos con ellas. Abracemos la quietud, el silencio, el aburrimiento. Acallemos el televisor al terminar una película y quedémonos pensando en qué impacto tuvo en nosotros. Echemos a nuestros personajes en los lugares que hemos visitado y veamos cómo reaccionan a todo si les damos un recorrido turístico.

Si quieres ser artista, necesitarás imaginación. Lo bueno es que ésta nos es dada al nacer y viene del mismo lugar que la vida misma, así que no perderemos esa chispa mientras existamos, pero hay que darle madera si queremos que se convierta en un incendio, y en este caso la madera es quietud. Muchos grandes descubrimientos fueron hechos cuando una persona se sentó a rezar, meditar o simplemente no hacer nada más que mirar el cielo. No es que en ese instante se creara una gran teoría científica, que seguramente llevaba años de trabajo siendo hilada, pero fue ese instante de paz y comunión con uno mismo que le permitió salir de su descubridor y encontrarse con el mundo.

Resumiendo: permítete estar en paz, tal vez aburrirte un poco; te hará ver nuevas cosas en ti y en el mundo. Pero no des a tu cerebro estímulos sin sentido para tenerlo rumiando sin ir a ningún lado. Encuentra el balance entre el desafío y la quietud útil y no confundas meditación con aburrimiento.

 

Investigación

Otra cosa que repito mucho a mis alumnos es que el proceso de hacer un libro consiste de un 5% de escribir nada más. El 95% restante son la muy necesaria corrección (de la que hablaremos en otro momento) y las tres I. Sé que muchas veces queremos escribir y nada más, pero si apuntamos a crear la mejor literatura de la que seamos capaces (lo que inevitablemente resultará en una mejoría constante gracias a que empujamos nuestros límites) necesitamos investigar.

Y en una opinión personal, esto también es algo que disfrutar. Amo llenarme de datos que parecen inútiles, uno acaba convirtiéndose en una versión móvil de la Wikipedia (y siendo campeón de juegos intelectuales). ¿Sabías que es diez veces más probable que te mate un coco cayendo de su árbol que un tiburón? Tenlo presente para cuando quieras hacer tu propia versión de Jaws.

Como escritores debemos desarrollar nuestra curiosidad al máximo, tanto como nuestra humildad para aceptar que nunca sabremos tanto como es posible saber. Cualquiera sea el tema sobre el que vayamos a escribir, debemos buscar tanta información como podamos sobre él, pero cuidando de no cometer el error de creer que, porque hemos leído una o dos páginas de internet, ya somos expertos. Sí, algunas cosas bastarán con buscarlas una vez, pero muchas otras requerirán de un trabajo más exhaustivo. Busquen distintas fuentes, lean libros, hagan entrevistas, visiten lugares.

Si escribirás sobre una persona, busca a sus allegados, no sólo a ellos mismos. Si escribirás sobre una época determinada, estudia las reglas de ceremonial y protocolo del momento para saber cómo se comportaba la gente por aquel entonces; averigua cómo hacían las cosas en ese momento: cómo lavaban la ropa, cómo calentaban la comida, de qué colores podían ser sus ropas (no todos los colores estuvieron siempre disponibles, algunas tinturas eran muy caras [así fue que el color violeta fue asociado a la realeza por años en Europa; la tintura de ese color era muy cara]).

Si escribirás sobre un país lejano, visítalo, recorre sus calles, habla con los lugareños, obtén datos de quienes viven ahí y no te quedes con la mirada del turista. En caso de no tener los medios para viajar, habla con quien lo haya hecho; lee cartas, diarios personales, periódicos locales; mira fotografías y cuadros; recorre las calles con el Google Street View, con proyección astral o arrastra un muñeco vudú de ti mismo por un planisferio, lo que sea que te funcione.

Es tentador pensar “no necesito ser tan exacto, ¡nadie sabe la diferencia entre una sirena y una merrow!” y sí, a veces es cierto (no en este caso, ¡yo SÍ sé!), pero esto es cuestión de actitud. Hace poco vi una película terrible que parecía un drama romántico y acabó siendo un policial (créanme, era muy difícil notarlo desde un primer momento). El manejo de los interrogatorios, la evidencia, el cadáver… todo era incorrecto. Desconozco cómo sea la novela en la que la película está basada, pero puedo afirmar que al menos los guionistas (y director, productor y posiblemente los actores también) no habían investigado nada del género. De hecho, es probable que ni siquiera se hayan sentado a mirar el Discovery ID por un rato.

¿Por qué esto es tan grave? Porque aunque estas fallas en pequeñas dosis no destruirán una novela, sí pueden ser el final de un escritor. Cuando nos acostumbrados a no investigar, a tomar el camino fácil o a ignorar ese agujero en la trama porque es insignificante, acabamos cayendo en la vagancia. Y sí, podemos ser vagos aunque escribamos tres mil palabras al día todos los días religiosamente. El 95% del proceso de crear un buen libro no es escribir y es ahí donde marcaremos diferencia.

Sí, hay malos libros que se venden porque uno no necesariamente necesita talento para crear un best seller, pero si queremos que nuestras obras sean long sellers, es decir que duren en el tiempo, que sean leídos y vueltos a leer, agarrados por futuras generaciones, enseñados en escuelas y adaptados al cine una y otra y otra vez… entonces necesitamos trabajar no sólo en nuestra escritura, sino en todo nuestro proceso, empezando por nosotros mismos.

Y dicho esto, los libero de mi incapacidad para ser breve. Vayan a trabajar, a investigar, crecer y escribir y nos vemos en la próxima entrada.

Priscilla (Ancient Forest)

4 thoughts on “Qué necesito hacer antes de empezar a escribir

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    1. Bienvenido y gracias por leerme! Te aconsejo iniciar un wordpress sabiendo que tomará tiempo juntar seguidores, así que no hay que bajar la cabeza.

      Visita blogs y páginas relacionados al tema de la escritura, lee sus entradas, síguelos y deja comentarios poniendo tus datos (te pedirán nombre y dirección web), mucha gente que pase por allí leerá lo que pusiste e irá a tu página a conocer un poco más de ti.

      Además, te aconsejo la página de Gabriella Literaria; ella hace entradas muy útiles que te servirán para abrirte paso.

      Después, es todo pasión y constancia. Éxitos!

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      1. Depende de tu público. Por lo que he visto, wattpad tiene muchos adolescentes y hay muchas categorías para ellos, pero no sé cuántos adultos lean allí. Así que no te lo recomendaría si escribes para un público mayor de veinte años.
        Lo bueno de wordpress es que te permite tener un contador de visitas, saber de qué países vienen y en qué horarios te visitan; de qué páginas vienen o qué buscaron en google para encontrarte; cuál es tu publicación más visitada, etc.
        Además está la ventaja de poder comentar o seguir otros blogs y entrar en la red de escritores que están en tu tema. Yo recomiendo mucho wordpress, pero tengo poca experiencia con wattpad porque, por lo primero que dije, nunca le dediqué mucho tiempo.
        Espero te sirva, estoy presente para cualquier otra cosa que necesites.

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